Hemos decidido seguir movilizados. Realizaremos actividades a lo largo del país el 4 de Agosto, nos plegaremos a la movilización impulsada por los estudiantes secundarios el día 8 de Agosto, e intensificaremos nuestra acción si continuamos sin obtener respuesta. Chile no puede seguir esperando.
Con preocupación constatamos que la discusión pública sobre cómo resolver los problemas de nuestra educación se ha entrampado.
Nosotros hemos puesto todo de nuestra parte. Nos hemos movilizado para producir un inédito debate nacional y hemos hecho propuestas serias y globales. La última de ellas, tras la movilización del 28 de junio, con cinco ejes de reforma: el fortalecimiento de la educación pública, la prohibición efectiva del lucro, la democratización del conjunto del sistema, la regulación para su calidad y la garantización del bienestar para todos sus estudiantes. Todas ellas, inspiradas en la convicción de que la educación es un derecho universal, que como tal debe ser garantizado por el Estado.
De parte del Gobierno, en cambio, no hemos visto la misma actitud. Han elegido hacer oídos sordos, planteando tímidas aspirinas que en lugar de hacerse cargo del problema central -la reducción de la educación a un bien de consumo-, lo eluden. Quizá el caso más emblemático sea el de su propuesta de Superintendencia, tan insuficiente e incapaz de cumplir con los objetivos declarados, que fue amplia y transversalmente rechazada.
Esta actitud, de imperturbable elusión del debate y arrogante negación de los problemas apuntados por los estudiantes y la ciudadanía, le hace mal a las familias y al país.
El reciente rechazo del informe sobre el lucro en la educación superior, por la acción del oficialismo y la omisión de muchos parlamentarios autodenominados de oposición, agudiza este conflicto. No sólo porque ahonda la crisis de legitimidad de las instituciones, sino sobre todo porque demuestra la colusión entre políticos y empresarios de la educación para ocultar un delito -el lucro- y lo mantienen impune, sin plantear cómo resolver la estafa de la que son objeto cientos de miles de jóvenes y sus familias, a costa de sus recursos y los del Estado.
Suponemos que no es necesario recordar que el mismo Ministro señalaba públicamente el año pasado que “hay personas que lucran de manera indirecta, arrendando terrenos”, reconociendo incluso que “las universidades que lucran nunca serán buenas universidades”.
Se puede creer que es mejor un sistema donde la educación sea un negocio. Pero en democracia, el camino a seguir es aquel que señala la mayoría. No sigamos tapándonos los ojos. El llamado ha sido claro. Educación pública y gratuita como pilar del sistema. No más lucro con nuestra educación. Fin a la segregación y al copago. Desmunicipalización con participación comunitaria y responsabilidad del Estado, educación intercultural reconociendo la diversidad de pueblos que habitan nuestra nación.
El Gobierno, el Ministro y el Parlamento deben ser claros con el país, así como lo estamos siendo nosotros cuando le hablamos con transparencia y de cara a la ciudadanía: están por solucionar los problemas a través del diálogo o están por echar la basura debajo de la alfombra como lo hicieron con la discusión del sueldo mínimo, la ley de pesca, la ley Hinzpeter, la nula respuesta a nuestros compañeros estafados por el crédito CORFO y, recientemente, con el rechazo del informe sobre el Lucro en la Educación.
Hemos decidido seguir movilizados. Realizaremos actividades a lo largo del país el 4 de Agosto, recordando a Manuel Gutiérrez y profundizando nuestra organización. Nos plegaremos a la movilización impulsada por los estudiantes secundarios el día 8 de Agosto, e intensificaremos nuestra acción si continuamos sin obtener respuesta. Chile no puede seguir esperando.
Confederación de Estudiantes de las Universidades Chilenas
CONFECH